Como un gran sombrero de copa...
Como si nunca antes lo hubiera visto, como si fuese la primera vez que lo descubriera... A veces pienso que las consecuencias de vivir en una sociedad desarrollada en la que no falta de nada (salvo minorías)no son sólo buenas.
En este momento estoy pensando en otra dualidad... en nuestras necesidades como seres humanos... Además de las necesidades primarias, que son las que tenemos cubiertas casi por el hecho de vivir en el primer mundo, todos tenemos nuestras necesidades que atañen a nuestra 2ª naturaleza (que no tienen menos importancia), a nuestro mundo interior. A veces, al vivir a la velocidad que vivimos, que es mayor en ciudades muy grandes, nos olvidamos de cosas como de pasar un momento al día disfrutando de las pequeñas cosas, un momento,en definitiva, para uno mismo, en el que desconectar del entorno en el que vives y sumergirte en tu mundo, ahí donde te encuentras plenamente a gusto...Además, ya nada nos sorprende, parece que todo lleve ahí toda la vida, y que nada es lo suficientemente grande o valioso como para "dejarnos con la boca abierta".
Me di cuenta de esto leyendo a Jostein Gaarder en "El misterio del solitario",ya que él lo explicó gráficamente. Hablando de nuestra incapacidad para sorprendernos por las pequeñas cosas, y subestimar aquello a lo que estamos acostumbrados, él lo ejemplifica con un sombrero de copa. En un espectáculo de magia, todo el mundo espera que el ilusionista saque un conejo de la chistera, por lo que no se asombran cuando esto ocurre, aún a pesar de ser algo que no es posible realizar, pero todos tienen (por no decir, tenemos) en la cabeza la idea de lo que nos espera en un truco de magia. Así pierde el encanto el ilusionismo... Lo mismo ocurre a veces con muchas otras cosas en la vida diaria.Todo lo que consideramos "normal", carece de importancia, de trascendecia... y esto hace que muchas veces nos perdamos las alegrías de las pequeñas cosas. Jostein Gaarder decía: "¿Por qué no estar dispuestos a que salga algo sorprendente de un gran sombrero de copa, como es la vida, en que estamos inmersos?"
En este momento estoy pensando en otra dualidad... en nuestras necesidades como seres humanos... Además de las necesidades primarias, que son las que tenemos cubiertas casi por el hecho de vivir en el primer mundo, todos tenemos nuestras necesidades que atañen a nuestra 2ª naturaleza (que no tienen menos importancia), a nuestro mundo interior. A veces, al vivir a la velocidad que vivimos, que es mayor en ciudades muy grandes, nos olvidamos de cosas como de pasar un momento al día disfrutando de las pequeñas cosas, un momento,en definitiva, para uno mismo, en el que desconectar del entorno en el que vives y sumergirte en tu mundo, ahí donde te encuentras plenamente a gusto...Además, ya nada nos sorprende, parece que todo lleve ahí toda la vida, y que nada es lo suficientemente grande o valioso como para "dejarnos con la boca abierta".
Me di cuenta de esto leyendo a Jostein Gaarder en "El misterio del solitario",ya que él lo explicó gráficamente. Hablando de nuestra incapacidad para sorprendernos por las pequeñas cosas, y subestimar aquello a lo que estamos acostumbrados, él lo ejemplifica con un sombrero de copa. En un espectáculo de magia, todo el mundo espera que el ilusionista saque un conejo de la chistera, por lo que no se asombran cuando esto ocurre, aún a pesar de ser algo que no es posible realizar, pero todos tienen (por no decir, tenemos) en la cabeza la idea de lo que nos espera en un truco de magia. Así pierde el encanto el ilusionismo... Lo mismo ocurre a veces con muchas otras cosas en la vida diaria.Todo lo que consideramos "normal", carece de importancia, de trascendecia... y esto hace que muchas veces nos perdamos las alegrías de las pequeñas cosas. Jostein Gaarder decía: "¿Por qué no estar dispuestos a que salga algo sorprendente de un gran sombrero de copa, como es la vida, en que estamos inmersos?"
1 comentario
Juan -
Me viene ahora a la mente algo que vimos hoy en clase, lo de la pirámide de nosequién (maswell? -es q yo pa los nombres...). Bueno, pos básicamente creo q es una pirámide que va de abajo a arriba de necesidades primarias a necesidades más "avanzadas".
Cuando tenemos algo parece que ya no lo valoramos, que no nos damos cuenta de lo que realmente tenemos y pasamos a anhelar algo que no disponemos.
Cuanta razón tiene el dicho de "no nos damos cuenta de que lo que tenemos hasta que lo perdemos".
En fin, que interesante lo que pones y que deberíamos valorar más lo que tenemos.